Adiós Tailandia. Hola FEMINISTOK PREST!

Stephane viaja desde los 14 años. Ofrecía sus manos y su tiempo a cambio de un lugar seguro donde dormir. En una ocasión sintió la necesidad de asentarse en algún lugar de este planeta, lo hizo durante una temporada, hasta que su alma viajera le llamo de nuevo a recorrer parte de este mundo en bicicleta durante otros seis. En Bangkok celebra cerca de los tres años recorriendo el sur de Asía en una mini scooter. Y en estos momentos se dirige a Camboya con intención de quedarse una temporada larga y un interesante proyecto en marcha: ¡vender chorizos! ¡Sí! A los turistas les van a encantar, me dice, muchos, no todos, sueltan el dinero como si les quemara en los bolsillos…

Un gran conversador…él fue quien me aconsejó visitar una zona de Tailandia que poca gente conoce…

Una historia real: vivir en un vertedero.

Estoy a 8 kilómetros de  Mae Sot, frontera con Birmania, donde viven familias birmanas que huyeron de la represión militar y de la insostenible pobreza. Una situación que les sacó del lugar donde nacieron para acabar… en un estercolero.

Cuando el camión se acerca, salen del diminuto techo que les cubre, un techo que está allí mismo, entre toneladas de basura. Con la hoz en una mano y una bolsa en la otra, esperan a que vomite lo que para nosotros es basura y para ellos y ellas, 2 dólares al día. Dispuestos, dispuestas a recoger plásticos y latas.

Allí mismo, por increíble que parezca, han construido un hogar y hasta una escuela con ayuda de algunas personas que dedican tiempo y también dinero a “mejorar” esta terrible situación.

A escasos cien metros se alza Sky Blue school, sitio que forma parte de proyectos humanitarios que se pusieron en marcha hace unos años. Hoy sigue en pie gracias a las donaciones que durante algún tiempo han recibido, aunque cada vez son menos, y entonces el profesorado no cobra su irrisorio sueldo. Cuando pueden, los padres y madres ofrecen lo poco que ganan para que sus hijos e hijas puedan seguir teniendo una educación. Este lugar también acoge a niños y niñas birmanas cuyas familias están lejos.

El sol empieza a calentar sin tregua, el olor es soportable, también las moscas, pero no lo es esta imagen que me sacude entera, como un fuerte puñetazo en el estómago.

Los niños y las niñas que esperan al segundo turno en la escuela me rodean sonrientes,   brincan y juegan… y sonríen. No dejan de sonreír.

Cómo puede el ser humano adaptarse a estas condiciones, cómo puede ocurrir esta barbarie. ¿Cómo  seguir mi camino tras ver esta  penuria?  

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Un nuevo pasaporte con dibujos de “todos” los medios de transporte, en el que la bicicleta no se contempla como tal, (ni las piernas), mira tú, más la visa de Myanmar pagada y recogida, son las llaves que me abren la puerta al siguiente país.

Me despido de Tailandia. Me llevo en el recuerdo sus mil puestos de comidas bajo los ajados y coloridos toldos,   su pulcritud a veces y su brusquedad otras, la voluptuosidad de sus texturas, sus frutas exóticas, los olores de sus regueros, sus atardeceres, el sabor inmejorable del mango sticky rice…

Digo adiós agradecida a aquellas mujeres de Bangkok que  me han concedido bellos momentos y sensaciones en esta apabullante ciudad.

Reír y bailar como si me fuera la vida en ello con Verónica, una grandiosa bailarina ladyboy capaz de hacer mover el esqueleto a todo aquel que pase por el parque Santichaiprakan cuando el sol perdía fuerza y sudar era divertido.

Mali es la cocinera por excelencia de esta mega-ciudad, al menos de este tranquilo barrio, en Samsen Soi abre su puesto a cierta hora de la tarde y en dos horas ya lo tiene todo ventilado. Si no me doy prisa me quedo sin nada. ¡Los mejores pinchos de Bangkok!

He pasado muchas horas entre las sillas del café de la esquina  con mamacafé, así la llamaba yo. Se conoce los gustos de todo el vecindario, siempre dispuesta, a pesar de sus dolores,  allí servía, sin parar desde el amanecer…

…y otras tantas horas en River Ghesthouse.  Whaow es la mujer que limpia este hostal. A las mañanas cuando me sentaba a escribir o a leer en el espacio común, se acercaba sigilosa con un cuenco lleno de mango sticky rice, sin saber que es mi comida preferida de Tailandia (ahora mismo del mundo entero…), sin ella saber que su cariño ha sido su mejor regalo. No hacían falta las palabras que ella en inglés, o yo en tailandés, no sabíamos pronunciar.

Y Mai, la chica que suele dirigir este hostal pero que muchas veces debe ir a otro más grande que la dueña y el dueño tienen a la vuelta de la esquina, donde el trabajo es mayor y acaba agotada.

Hermosas mujeres me recuerdan más bellas y fuertes mujeres. En Vitoria-Gasteiz, Euskal Herria y a nivel nacional sigue en marcha la campaña FEMINISTOK PREST  con la que se pretende hacer un llamamiento y dar fuerza a la manifestación nacional que se celebrará en esta ciudad el día 9 de Abril a la 13:00 horas en contra de las Violencias Machistas. Violencias más allá de asesinatos, golpes físicos o violaciones, que también, pero la violencia tiene múltiples dimensiones y múltiples expresiones.

No la queremos. Basta de fomentar esta sociedad machista, de los privilegios de algunos, de ellos, de aquellos…  Y ¡qué lleguen por fin!  las ganas, el interés, tiempo y dinero bien invertido en educar en la igualdad.

Importa lo que decimos, cómo lo decimos, importa cómo miramos, cómo actuamos, importa y mucho, que tú hombre sepas, (hay quienes ya lo saben, cada vez sois más ¿no?) lo que yo, mujer, travesti, ladyboy, transexual, lesbiana, gay…  ya sé… que soy más que un cuerpo, que tal vez quiera correr por el campo de futbol, que voy a ser la directora de esta, esa, aquella! empresa, que quiero volver a las cinco de la mañana a casa tranquilamente tambaleándome o bailando… sin miedo… que nunca se nos olvide,  que no eres más, no eres superior, no eres mejor.

No es no.

Debemos cambiar también nosotras. No creo que sea solo liberarse de la opresión que nos han impuesto durante siglos y siglos, sino también de esa parte de la opresión  que nos ha sido implantada en nuestro interior, y que muchas de nosotras (cada vez más ¿no?) nos hemos dado cuenta. Aceptamos lo que nos hacen, lo que nos dicen que es el buen camino, que debemos ser mujeres objeto, madres excelentes, esposas abnegadas, trabajadoras entusiastas fuera y dentro del hogar.

Buscas ese buen partido que te asegure tu lugar, coexistir sonriente con el patriarcado, y así, poco a poco, tú ya no vales nada, estás detrás de él, de ellos, pero crees que no, porque claro, crees tener tu casa y quizás tus hijas e hijos, un trabajo que te aporte el dinero… bueno, espera hasta que él necesite tu puesto, a ver dónde nos quedamos, o espera a cruzarte con el violador que piensa que él tiene absolutamente todo derecho sobre ti. O sobre tu hija. Y entonces mírate, ahora nos miramos y así, pensamos en todo lo que las mujeres llevamos de historia, de opresión, de sexismo, de racismo…

Es mi opinión. Aquí queda, pues.

…

3, 30, ¡300! gotas de sudor corren por mi frente. ¡¡¡X Dios!!! ¡¡Qué es esto!!

Pedalear con el granizo estampándose contra la cara tiene mérito, pero hacerlo a casi 40ºC  y con la humedad in crescendo por segundos, son palabras mayores.

Lo peor es que esta calorina va a durar. Las fuerzas a veces te abandonan y hasta cuesta introducir sólido. Debo concentrarme en comer sobre todo porque Myanmar tiene trampolines hermosos. Menos mal que  ideamos la siesta, estupenda invención.

Entre tierras y gentes birmanas las jornadas duran hoooooras… por ello y porque también estoy un poco cansada de textos y fotos… fotos y textos, me tomo un (pequeño) descanso con el blog.

En alguna parte de este inmenso mundo pronto llega la primavera!  ¿no?

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                                                       RUTA TAILANDIA:

                Chiang Rai, Chiang Mai-Bangkok-Ko Samet-Bangkok-Mae Sot

Serás aquella que quisiste ser, serás las tres veces rebelde, serás un puño alzado al viento,  y tú, solo tú, harás vibrar cinco continentes.

Emancipada de cualquier dolor, Saliste con la alegría, De quien no tiene miedo, De quien sabe, Que el mañana será mejor.

Liberada en cualquier espacio, No dejarás que nadie te pare nunca, Serás el lucero, Que guiará a la libertad.

Eres la fuerte tormenta de abril, Un oasis amargo para tus enemigos, El sol que hace romper las flores,  Un oasis amargo para tus enemigos, El destello que brilla de noche.

Aquella que quisiste ser… Y tú, solo tú…

Maria Mercè Marçal

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Marzo

16

2016